Todo comenzó con una propiedad ganadera llamada Vuelta del Ombú.
El uruguayo Víctor Navajas, vecino destacado de la ciudad de Santo Tomé y uno de sus refundadores, compró la estancia. Luego uno de sus hijos, Adolfo Navajas, la bautizó como Las Marías en 1912, poco antes de morir. Ese mismo año su viuda Concepción Centeno de Navajas se mudó allí con sus cuatro hijos, decidida a quedarse y obtener de la tierra una forma de vida, sumándole a la clásica actividad ganadera algunas plantaciones.
Desafiando las tradiciones, en 1912 compró dos mil plantas de yerba y las plantó en Las Marías; a pesar de que no tuvo éxito, en la familia quedó el antecedente de aquel intento.
En 1924, Víctor Elías Navajas Centeno, heredero de Las Marías, volvió a desafiar las tradiciones de la región sembrando con éxito las plantaciones de yerba más australes del planeta.
Tiempo más tarde, Don Víctor decidió seguir innovando, y puso en marcha la elaboración integral de yerba mate, desde el vivero hasta el envasado en origen. A partir de 1940 inició su camino la marca Taragüi, para luego resaltar en un mercado competitivo.
En ese contexto, la necesidad de un servicio médico y una escuela se volvieron prioridad en Las Marías, además de garantizar una vivienda a las familias de los trabajadores. Así se fue formando una comunidad con el espíritu familiar que hasta hoy la caracteriza.
En las décadas de los cuarenta y cincuenta, la incorporación de los hijos mayores de Don Víctor a la actividad productiva tuvo un efecto multiplicador. El té, que se venía cultivando en la región misionera, comenzó a desarrollarse en Las Marías también de manera integral. En pocos años, alcanzó los mejores puntajes a nivel mundial.
Por otro lado, las forestaciones iniciadas como respuesta al desafío de aprovechar las zonas bajas no aptas para la yerba y el té, dieron comienzo al desarrollo de una creciente industria de la madera.
En los años sesenta, Don Víctor decidió retirarse. Retomó la ganadería intensiva como ocupación y gestó la Fundación Victoria Jean Navajas, enfocada en la educación con alcance a toda la comunidad. Tiempo después, viajó por el mundo, construyó la capilla del cementerio de Las Marías y en ese plan, murió a los 64 años en Barcelona, el 10 de julio de 1967.